La historia del bufón

Siempre en busca de esa sonrisa que anime, en busca de esa broma tonta o imbécil que a riesgo de perjudicarte siempre está ahí para arrancar aquello tan difícil, siempre buscando hacer sentir bien a la persona que está junto a ti.

Una operación kamikaze que siempre te aleja de ese amor que tanto ansías, de esa relación que te mueres por alcanzar, de esa personita que tienes enfrente pero que día a día ves alejar mucho más. Y que te lleva a caer en las redes de la amistad de las que ya nunca volverás a salir, viendo alejarse nuevamente tu felicidad, siempre viendo perderse la oportunidad por el horizonte.

Y es que acaso algo te importa por hacer feliz a esa pequeña ilusión que (aún) rezuma en tu vida?? Además de intentar buscar un pequeño atisbo de felicidad en las personas que están junto a ti.

Pero quién te hace sonreír pequeño bufón cuando eres tú el que pierde la sonrisa??
Y las lágrimas te pesan más que el día anterior y algo entierra cada día más tu débil sonrisa y esa ilusión que te llevo a ser aquel bufón que nos hacía reír. 

Oportunidad de salvación

Dadme una persona en la que confiar plenamente, que quiera y sea correspondido y seré capaz de lo que haga falta en este mundo. No se conoceré momentos más felices y seré lo mejor que pueda dar de mí mismo. Que alguien me haga creer en mis posibilidades y se siente a escuchar y ayudarme en mi vida y seré un milagro al lado de lo que había antes en mi lugar. Alguien que me conozca, que quiera saber más de mí, que me confíe en mí y que me haga reír a la vez que me quiere. Sé que es demasiado, pero a la vez demasiado significa amor. No pido más, al menos una vez más. Sólo le pido a este mundo conocer el amor otra vez más.

Tan mísera puede resultar esta existencia que ya ni una felicidad duradera y perecedera ansío, sólo un único e indefinible amor, que aunque durara poco ya sería feliz, porque ya habría vuelto a sentir el amor. Tanta es mi necesidad de sentir a alguien que me valore y que me ayuda a ser todo lo que realmente soy y puedo dar de mí. Y la vida es sueño y los sueños sueños son. Soñar es gratis y cada noche vuelves a aparecer en mi vida. Tanta frustración de solo saber de ti cada noche, pero al menos tus ojos me acompañan al caer al día...



 

Camino a Delfos

No sé en qué le fallo al mundo, qué quiere el mundo de mí que yo no soy capaz de ofrecerle. Todo gira tan rápido, tan vertiginoso y enajenado que no soy capaz de seguir las líneas que me traza la vida.

Quizá mi huidiza carrera del audaz dolor sea una de las posibles causas de este agónico vagar errático y desalmado. A veces me cuesta, a veces me cuesta incluso vivir.

Con esa maldición a cuestas de la imposibilidad de encontrarme a mí mismo, de ofrecerme lo mismo que ofrezco con solvencia a los demás. La maldición del consejero que es incapaz de aconsejarse a sí mismo, que es incapaz de dar sentido a su vida. Frustración, impotencia, resignación,…

¿Acaso en Delfos hallaré mis respuestas?