02 enero 2007

Sonrisas y lágrimas

Después de haber tenido una relación tumultuosa hace un par de años y de pasar dos años con mucha más pena que gloria por Murcia, podría decir que de nuevo vuelvo a sonreír plenamente, a sentirme vivo, feliz de lo que hay en mi vida y de la gente que me rodea.

Desde principios de verano, o más bien desde el ya afamado Sahuco, vuelvo a ser alguien con una sonrisa propia en la cara.
Esto unido a la experiencia erasmus y a la posterior vuelta me han vuelto a llenar poquito a poco de una felicidad que hacía ya mucho tiempo que no sentía ni de lejos.
Quizá tampoco imaginé que tenía a tanta gente buena y a la que le importaba a mi alrededor (a pesar de mis optimismos típicos) como ahora me han demostrao.
Ahora toca volver a Lieja, donde también he conocido a gente increíble y donde los buenos momentos empiezan en cuanto dos de nosotros estamos juntos. De nuevo otros tres meses fuera y nuevos retos e ilusiones en el horizonte.

Quizá el único borrón de todo este tiempo sea la asignatura pendiente del amor, la eterna ilusión y llave de mi felicidad.
Cada día se me hace más honda esa pequeña herida que crea su ausencia, y cada día se me hace más necesario amar y ser amado, querer y ver esos ojitos frente a mí dedicándome una sonrisa inundante.
A la vez que se hace más aplastante esa necesidad parece que se vuelva más inalcanzable dicho sentimiento.

No hay comentarios: