La lluvia que cubre mi cristal

Viendo la lluvia caer sobre mi ventana, viéndola surcar los cielos, volar con la total libertad que le ofrece la naturaleza y tu imagen vuelve a reflejarse en el cristal. Tu voz en mi cabeza sustituye el constante fluir de la lluvia y todo lo envuelves con tu magia, de nuevo otra vez.

Y es que en las noches a cielo abierto, en mis continuos paseos por la terraza, sólo ansío fusionarme con el cielo que posee tu imagen, tu imagen perdida a lo largo del horizonte, justo donde nacen los amaneceres y el calor recorre tus ojos morenos.

Y es que mis ilusiones son sumisas a tus deseos, tus recuerdos envuelven mi alma con sutil cariño, bañándola de esa pizca de felicidad que me hace amanecer cada día con el único anhelo de amarte y llenar tu vida de la más pura felicidad.

Cartas que nunca escribir

Me encantaría tanto tenerte a mi lado, susurrarte a cada segundo lo feliz que soy de ver tus ojos con ese brillito pequeñito que te hace mirarlos como un bobo, reir junto a ti como tantas veces hemos hecho y tenderte una mano para que no caigas jamas. Limpiar tus lagrimas que solo hacen que hacerte los ojitos aun mas bonitos, juntar nuestras lagrimas bajo la lluvia mientras correteamos como si la niñez no hubiera pasado por nosotros. Son tantos los sentimientos que despiertas en mi, es tal la fuerza de tus ojitos y de tu inquebrantable sonrisa, que ya ves en que dulce abismo me hayo afinado.

¿Y por qué no sakarte una sonrisa a cada instante, si el mundo es feliz sólo con verte sonreir?
¿Y por qué no vibrar contigo cada amanecer por lo afortunado y bello que haces cada uno de mis días?
Y besarte, y sentir, y besarte, y no poder dejar de vivir.

Y es que has sido capaz de romper los sueños y convertirte en realidad, es que eres un cielo de esos que nunca te cansas de querer volar.