23 noviembre 2006

Filosofando sobre aquello esencial

La verdad es que sabes que cambiaría 50.000 erasmus por sentir el amor. Por tener a una personita a mi lado que me haga sentir especial. Por sentir una sola vez más lo que es el amor correspondido. Quizá hay tantas veces que siento que no tengo utilidad en este mundo o que simplemente el mundo no tiene utilidad para mí, que necesito que alguien en quien he puesto mis ilusiones y esperanzas y que tiene abiertas las puertas de mi corazón me diga que me quiere. Y que para ella soy especial y que le gustaría amanecer conmigo cada mañana mientras jugamos al eterno juego del amor.
Sé que suena simple y en realidad es demasiado complicado. Y que se necesita algo más que ser buena persona y ser alguien especial para llegar a alcanzar un sentimiento tan maravilloso.
Pero soñar es gratis y es algo que ni el desamor ni la soledad vencen jamás. Los sueños son el único territorio que huye de la desolación del alma. Y quizá gracias a esas ilusiones ficticias podemos levantarnos un día más viendo nuestra almohada solitaria y nuestra cama deshecha.

Quizá el mundo no esté equivocado y no sea el momento ni el lugar para tal evento. O quizá es mejor que la soledad nos invada e inunde. Quien sabe!

Se echa de menos y es necesario a veces para seguir adelante esa fuerza y aliento que te proporciona dicha personita. Y tener enfrente a unos ojos que te mantengan la mirada y diga lo que diga el señor tiempo siempre hayan mariposillas que devoran tus entrañas. Que te aborde la sonrisa feliz y las ganas por mostrarte como persona. Que el mundo ya no sea un lugar que odiar sino un sitio donde ayudar a compartir tu sentimiento.
Que el encierro de tu alma no sea más un secreto a voces y que el dolor pueda por fin airearse tendido en una cuerda en el exterior.
Que todos esos sueños y sensaciones cobren vida y sean pocos los besos que cubran tu existencia.

Y que la lucha de cada día sea hacer más feliz a esos ojitos y esa sonrisa cómplice, que el baño de alegría de cada día encharque todo mi ser. Aunque puede que todo esto no ocurra y quizá esto también sea un sueño. Quién sabe!