02 marzo 2006

El gran teatro del mundo

¿Cómo reprimir esas ganas tan inmensas de llorar en algunos momentos? Esas lágrimas que contienen multitud de pequeños sentimientos guardados con esmero para que nunca se supiera de su secreta existencia. Lágrimas que en el momento de salir a la luz tienen reservada una colosal explosión...

Y es en esas tardes carentes de sentido donde el pasado recobra una dimensión especial pero a la vez es imposible retornar a él, ya sea para bien o para mal. Es en esas tardes donde florecen dichas lágrimas escondidas.

Es curioso que ese mismo corazón atormentado y origen de esa lluvia esté necesitado de llenarse con esas mismas lágrimas doloridas, enjugarse una tras otra vez en su derrota y sentir y revivir y sufrir una vez más, y sufrir una vez más...

Es frustrante verse privado del encuentro con uno mismo por aquellas heridas del pasado y el presente, verse abocado a un nuevo rol, a esa pesada obra de teatro que se representa cada día. Secuestrado en un cuerpo de actor, secuestrado en una obra que nunca quise interpretar,...

Ojalá fuera capaz de olvidar mis miedos, mis temores a un nuevo fracaso amoroso, ojalá pudiera dar todo lo que soy capaz, ojalá confiar ciegamente en una persona no me fuera tan costoso. Ojalá y pudiera hacerte feliz todos y cada uno de los días de tu vida.